jueves, 18 de enero de 2007

EL AUGE SOCIAL DE LOS AMBIENTALISTAS

• Que la ciudadanía esté más interesada en los problemas ambientales responde, según algunos activistas, a la presencia de un “cambio cultural”, asociado también a que son ellos los directos perjudicados con estos conflictos. Además, la aparición de grupos ecologistas, que surgen de acuerdo a la coyuntura, ayudan a la permanencia de esta mentalidad en la ciudadanía.

“Nosotras y Nosotros, como ciudadanas y ciudadanos del planeta y miembros de los Verdes del Mundo, nos une la consciencia de que dependemos de la vitalidad, diversidad y belleza de La Tierra, y que es nuestra responsabilidad legarla sin deterioro a las próximas generaciones”. El lema es de la carta de los Verdes Mundiales en el 2001, y expresa quizá el centro ideológico de cualquier movimiento medioambiental en el mundo, de aquellos hombres concientes de que el planeta, si no se cuida, se pierde.

¿Y cómo no?, si hoy la Tierra está pasando por una situación crítica respecto al cambio climático. Junto con la lamentable negación de los Estados Unidos a sumarse al Protocolo de Kyoto (acuerdo internacional que limita las emisiones de gases efecto invernadero, dicho sea de paso, EE.UU. es el país que mayor contamina), la falta de compromiso respecto a otros acuerdos como los de Montreal que regula la Capa de Ozono, o el Ramsar, que vela por los humedales, tienen hoy al globo al borde del desastre.

Sin embargo, la activa participación de agrupaciones ecológicas están intentando a toda costa disminuir estos perjuicios. Greenpeace, Earth Action, Amigos de la Tierra, Océana, entre muchos otros, son parte de la amplia gama de movimientos socioecológico que están dispuestos a cualquier cosa por defender el “derecho a vivir en un ambiente limpio”, cita expresada en las mayorías de las constituciones políticas en el mundo.

Y Chile no está ajena a esa realidad. Terram, Chile Sustentable, el Instituto de Ecología Política, y el Partido Ecologista, entre otros, son quienes están hoy controlando (o fiscalizando) a las autoridades para que respeten el paisaje natural del país, promoviendo el desarrollo sustentable. Asimismo, en Concepción, región del Bío Bío, grupos como Acción por el Mar, Talcahueño, la Defensa de los Humedales de San Pedro, han surgido con fuerza en este último tiempo siendo claramente un aporte en la conciencia de la población respecto a estos temas, evidenciando además un cambio socio-cultural en la ciudadanía. Aunque hay un detalle, sus creaciones no responden a una filosofía ecológica (como Greenpeace, por ejemplo), sino a sus propios problemas coyunturales.

“Cambio cultural”

En una visitaba realizada el 2005 por el entonces presidente Ricardo Lagos a Valdivia, un centenar de vecinos intervinieron su discurso protocolar para recriminarle por el desastre del Santuario Carlos Adwanter, producido por Celco. En octubre del mismo año, en un concierto brindado por el cantante español Miguel Bosé en la octava región, manifestantes irrumpieron el recital protestando por la construcción de un casino en las inmediaciones de la Laguna Grande, en San Pedro de la Paz. Y hace unos meses, activistas de Greenpeace, en conjunto con grupos de la sociedad civil, se tomaron el acceso hacia la planta de celulosa Nueva Aldea (Celco). Vale preguntarse entonces: ¿Cómo se explica esta participación ciudadana en temas medioambientales?, evidentemente hay una transformación social en la percepción sobre el ambiente.

Félix González, ex presidente y miembro del directorio del Partido Ecologista, cree que esto se explica porque hoy se está viviendo “un cambio cultural en las personas, más que un cambio político, lo que equivale a un cambio social, que no es evitable”. Sin embargo, plantea que si bien el tema está masificado, para las personas sigue no siendo una de las prioridades, para lo cual propone, como movimiento, “mostrarle a la gente la verdad, la realidad, porque la gente, por ejemplo, sabe que se inundó el alto Bío Bío, pero no lo ha ido a ver, es eso lo que hay que hacer”.

Rodrigo Pizarro, director de Fundación Terram, en tanto, precisa más en el ítem, expresando que esto se entiende por tres fenómenos: primero, “estamos a 16 años del retorno a la democracia y, en consecuencia, hay mayor interés de la gente por retomar otras formas de organización social y cuidar su entorno; segundo, la globalización no sólo ha sido financiera y económica, sino también cultural, por lo que Chile ha percibido la creciente preocupación mundial por la temática ambiental; y tercero, está el número, tamaño y naturaleza de los mega-proyectos con consecuencias ambientales, como Celco, Itata, Pascua Lama entre otros, los que generan tal grado de impacto que los ciudadanos no pueden mantenerse al margen”.Aunque, hay que reconocer, parte de éste cambio también se debe a la perseverancia de los movimientos ecologistas: “Lo importante es que el movimiento ecologista internacional como nacional ha logrado imponer una preocupación, ha logrado poner el tema en las mesas de discusiones, ha puesto el tema en la mente de la gente (…) en ese sentido se ha tenido un éxito importante, pero claramente es insuficiente”, dice Marcel Claude, director de Océana.

Entiendo esto, entonces se puede empezar a hablar del florecimiento de grupos ciudadanos medioambientales localizados.

Participación y movimiento social

Varios estudios indican a Talcahuano como una de las cinco ciudades más contaminadas del mundo. Además, la Playa Rocuant (siempre dentro de la ciudad dicha) fue declarada en 1980 por la ONU como el sector más sucio del planeta. Esto, sumado al insoportable olor, junto con los altos índices de material particulado (PM10), con el incremento en los índices de cáncer, con la ciudadanía tomando aguas contaminadas y siendo víctimas de materiales pesado en su cuerpo (como mercurio) y con niños con problemas de aprendizaje, un grupo de vecinos decidió reunirse y ver la forma de manifestarse frente a esta problemática: el resultado fue Talcahueño.

Nacida en abril del año pasado, la organización se define como una “alternativa en Talcahuano (…) una organización representativa de la ciudadanía. Queremos ser el referente que tienen los ciudadanos de Talcahuano, pero con propuestas serias demostrándolo con el plebiscito que pretendemos hacer. Queremos demostrar que no sólo los partidos políticos pueden ser alternativas, también pueden ser los ciudadanos”, según dice su presidente, Roberto Pino.

Talcahueño, además, se caracteriza por la diversidad en sus integrantes. “Lo interesante de esta organización es que encuentras gente de derecha, de izquierda, de todos los estratos políticos los tenemos aquí y todos nos respetamos porque nuestra bandera es ¡levantar Talcahuano pues!, es este nuestro objetivo principal y de aquí se puede levantar un movimiento a nivel nacional que puede estar naciendo en el puerto”, agrega Pino.


En San Pedro de la Paz, la cosa si bien es distinta a Talcahuano por efecto de crecimiento (es la que mayor crece en la zona), los problemas igual están presentes. Según sostiene José Miguel Morales, dirigente del Comité de Defensa de los Humedales, este desarrollo se está haciendo a costa de la perturbación del paisaje, de la ecología e incluso de los movimientos sociales.

“Nos pusimos como gran tema el del humedal, pero también hay otros temas como el casino del parque Laguna Grande, como los rellenos ilegales en el estero, como la basura en Boca Sur, hay distintos temas que son menores pero que igual tienen incidencia en la ecología”, dice Morales respecto a su agrupación, la que llegó a contar con cerca de 400 vecinos interesados. “Nosotros somos un grupo de defensa del patrimonio de San Pedro”, agrega el dirigente.

Acción por el Mar es otro movimiento que hoy está luchando por las aguas oceánicas. Este nació por inquietud de unos surfistas de Cobquecura que, tras enterarse de que Celco iba a instalar un ducto, comenzaron a movilizarse, argumentando que “iban a destruir uno de los lugares que va quedando de Chile, por lo menos del sur, donde se puede practicar bien este deporte y además es una zona súper pura, donde no hay nada, está súper limpio”, indicó Luisa Saavedra, dirigenta de la organización.

Formado en el 2005, este grupo comenzó a reunirse para moverse en contra de Celco, “pero no solamente rechazarlo, sino que más que nada proponer que ellos utilicen la mejor tecnología, o sea el blanqueado tiene que ser sin utilizar cloro en absoluto, y ahora ellos lo que van a hacer es usar tecnología que es libre de cloro elemental, pero igual tiene cloro”.

Proyectando el movimiento

Pese al aumento en el interés de la ciudadanía por integrar grupos de estas características, la conciencia ecológica plena claramente aún está en su inicio, por lo que es importante, según expresan los ambientalistas, llegar con esos contenidos a las nuevas generaciones: “Nosotros sacamos 40 mil periódicos los que repartimos en el colegio, proyectando de ahí para allá, son esos cabros quienes producen los cambios en su familia”, expresó González.

Asimismo, Morales sostiene que como “difícilmente la gente que esté ahora pueda solucionar los problemas, estamos formando a las nuevas generaciones donde hemos tenido muy buena respuesta. Hemos pasado por escuelas, colegios y en la universidad creando foros y se ve un interés detrás”.

Esto, desde una perspectiva global, claramente ayudaría a estancar el calentamiento global del que hoy el planeta es víctima. Un estudio hecho por la Nasa reveló que si las emisiones de gases contaminantes continúan tal como se han presentado, los perjuicios del efecto invernadero serán irreversibles, para lo cual muchos ambientalistas están desde hace bastante tiempo concientizando a la sociedad mundial, ayudados también por estos pequeños grupos (Defensa de humedal, Talcahueño, Acción por el Mar) que instan a la sociedad a crear un sistema de vida basado en un desarrollo sustentable.